Gestalt y psicología

Estado actual de la investigación en Psicología general y en Psicología Gestalt

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En la actualidad contamos con dos paradigmas principales dentro de la investigación (Ayala, 2022). Por un lado, el paradigma de la Práctica Basada en la Evidencia (división 12 de la APA) cuyos experimentos se ajustan perfectamente a los procedimientos médicos actuales (que también habría que revisar, pero ésa es otra historia) de manera que al paciente afectado de una determinada dolencia se le da una pastilla, y es perfectamente comprobable mediante ensayos controlados, aleatorizados y con doble ciego que los efectos sobre su malestar se deben exclusivamente a la píldora ingerida.

¿Y qué tiene que ver esto con la psicología? A principios de la década de 1990, aparece la Medicina Basada en la Evidencia, cuyo objetivo es crear tratamientos empíricamente validados para enfermedades concretas, agrupados en las guías de tratamientos eficaces. Extrapolando este modelo a la Psicología, surge la Psicología Basada en la Evidencia con sus tratamientos psicológicos empíricamente apoyados correspondientes. Es la división 12 de la APA (American Psychological Association), quien establece los criterios para considerar un tratamiento empíricamente validado (Chambless et al., 1998), con el fin de crear las guías de tratamientos psicológicos eficaces. Entre estos criterios, se encuentra el que existan estudios controlados aleatorizados realizados por dos investigadores independientes y que demuestran que el tratamiento aplicado obtiene mejores resultados que el placebo, el no tratamiento u otro tratamiento.

Por otro lado, encontramos otro enfoque en investigación en psicoterapia, abanderado por la división 29 de la APA, que se conoce como la Evidencia Basada en la Práctica, «Relaciones terapéuticas con apoyo empírico», centrado en demostrar la eficacia de los factores comunes en psicoterapia y más orientado a procesos, que a los resultados. Es decir, a por qué es eficaz la psicoterapia, y el proceso psicoterapéutico en sí, más que los resultados.

Un poquito de teoría nos ayudará

Wilhelm Wundt (1832-1920) fundó el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania. Este acontecimiento marcó el surgimiento de la psicología como una disciplina separada de la filosofía. La importancia de este hito reside en la institucionalización de esta práctica de laboratorio, el equipamiento y el concepto de equipo de investigación. A lo largo de la historia, la psicología ha ido cambiando al compás de los descubrimientos, la cultura y el progreso científico e intelectual de cada época, hasta llegar a las diferentes corrientes que conocemos hoy en día. Pero, claro, la psicología no ha tenido una vida fácil; ha tenido que lidiar con críticos que la cuestionan constantemente, exigiéndole demostrar que los métodos que usa son científicos de verdad y no una especie de pseudociencia.

Por hacer un poco más de historia, Eysenk (1952) publicó un artículo en el que afirmaba que el psicoanálisis era igual de eficaz que el mero paso del tiempo, allanando el camino al incipiente conductismo, lo que provocó que se empezara a realizar investigación en psicoterapia. Smith et al. (1977) publicaron un metaanálisis en el que analizaron la eficacia de las principales corrientes terapéuticas, entre ellas la Terapia Gestalt dentro de la humanista, concluyendo que todos los modelos son igualmente eficaces, salvo pequeñas diferencias que posteriormente fueron solventadas al tener en cuenta el sesgo de lealtad, esto es, la adherencia de los investigadores a una corriente psicoterapéutica concreta. Frank (1974) propuso los factores comunes a todas las psicoterapias como los ingredientes específicos responsables del cambio terapéutico. Hoy en día se sabe que la psicoterapia no sólo es eficaz, independientemente del modelo, sino que lo es con un tamaño del efecto de más del 0.8, es decir, más del 78,8% de las personas que acuden a terapia están mejor que las que no (American Psychological Association, 2013).

En la actualidad, resulta complicado concebir la psicología como algo que no sea científico, incluso fuera del ámbito académico, según señalan Fernández-Rodríguez y su equipo en 2020. Aunque aún queda un largo camino por recorrer, afortunadamente la visión de la psicología, de la profesión y del estatus científico ha mejorado.

¿Y qué pasa con la Terapia Gestalt en concreto?

Históricamente, la Terapia Gestalt se ha mantenido alejada del ámbito académico y científico, en parte por su epistemología. La teoría gestáltica es experimental, pero en contraste con el estructuralismo y el funcionalismo de Wundt y James, respectivamente, la psicología de la Gestalt entiende la conciencia como fenoménica (Martín, 2011).

A las personas gestaltistas de este país se nos pone la piel de gallina al escuchar “pseudociencia”, por todo lo que nos hizo sufrir. En noviembre de 2018 el Gobierno de España aprobó el “Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias”, impulsado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica. Como resultado de los trabajos realizados bajo este marco, en febrero de 2019 se publica un documento (Instituto de Salud Carlos III, 2019), en el que se analizan 139 técnicas, de las que 71 quedan clasificadas directamente como pseudoterapias. El resto, entre las que se encuentra la Gestalt, así con mayúsculas y sin terapia delante ni nada, se encuentra en evaluación. Esto quiere decir que, si bien en las primeras 71 no encontraron “publicaciones científicas con diseños que permitan establecer su eficacia de forma robusta (ensayos clínicos ni revisiones sistemáticas o metaanálisis publicados en Pubmed) durante el periodo 2012-2018” (p. 1), las restantes, aunque cuenten con publicaciones de estas características, serán evaluadas en el futuro de forma individual.

De cara a prestar colaboración al Ministerio en su labor, la AETG (Asociación Española de Terapia Gestalt), junto con otras asociaciones de la Sección Humanista de la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas), encargó a investigadores universitarios que realizaran una búsqueda en bases de datos científicas de estudios que pudieran avalar la Terapia Gestalt. Se encontraron 462 artículos -una vez eliminados los duplicados. Se redactó un documento con los resultados (López-González et al., 2019) que, en diciembre de 2019 (fue un trabajo bastante laborioso porque se tardaron seis meses) se presentó al Instituto de Salud Carlos III con el objetivo de que fuera tenido en cuenta para avalar la Terapia Gestalt como un método científico. Se incluían cuarenta y dos documentos, ensayos clínicos controlados, que vienen acompañados de un informe del método utilizado para la obtención y el análisis de resultados, así como los criterios de inclusión y exclusión. En estos momentos, es una de las propuestas que ha superado la primera fase de evaluación. El proceso sigue adelante. Los argumentos aportados, constatan los resultados obtenidos en diversos ensayos científicos con 2.220 participantes con diferentes problemas psicológicos, a los que se aplicaron distintas modalidades de tratamiento. Los perfiles proceden de diferentes países y culturas: Irán, Reino Unido, India, Italia, Estados Unidos y Japón.

¿Por qué nos encontramos en este punto?

Citando a Roubal et al. (2016), “la supervivencia de la Terapia Gestalt como una modalidad de tratamiento psicoterapéutico legítimo depende en buena medida del desarrollo de una base de evidencia” (p. 10).

La investigación en psicoterapia es una labor difícil y laboriosa. En España, los investigadores pertenecen al ámbito académico principalmente. Es un trabajo que requiere formación, esfuerzo y muchas horas de dedicación. Como dice Martorell (2021), los terapeutas humanistas deberíamos invitar a una caña a los que investigan nuestra corriente y oírles contar sus historias. Y no solo hay que investigar, sino que hay que publicar en revistas científicas y acudir a congresos para darnos a conocer, porque también tenemos mucho que aportar al panorama psicoterapéutico. No tenemos nada de lo que acomplejarnos.

Los terapeutas gestálticos damos importancia a la supervisión de nuestra práctica clínica y hacemos proceso terapéutico, características que otros enfoques están empezando a valorar como relevantes en el buen hacer psicoterapéutico. Y también sabemos mucho de la relación terapéutica y del vínculo que se genera, principal factor común responsable de que funcione la psicoterapia. Se puede investigar en psicoterapia Gestalt y se pueden investigar los procesos que se dan en ella, de hecho ya lo están haciendo otros enfoques que recuperan los elementos humanistas y los incorporan, como el de las terapias contextuales (Hayes, 2012).

Enara García (2023), miembro de la Comisión de Investigación de la AETG, presentó en el Congreso Europeo de Madrid un estudio donde establece la conexión teórica de la Terapia Gestalt con las teorías de la cognición 4E (embodied, embedded, enacted, extended), es decir, desarrollos recientes en las ciencias cognitivas que están surgiendo como alternativas a los enfoques cognitivistas, conductuales y reduccionistas de la cognición. Demuestra que, más allá de los precedentes históricos en Psicología de la Gestalt, los enfoques de Terapia Gestalt y 4EC comparten importantes articulaciones conceptuales y principios antropológicos. Por ejemplo, el holismo, la perspectiva organísmica, la atención a la fenomenología y la perspectiva dinámica de la experiencia. Al mostrar evidencia tanto empírica como teórica, argumenta que las ciencias 4EC respaldan afirmaciones que han sido centrales en la Terapia Gestalt durante mucho tiempo.

Así que, podemos investigar por gusto o para demostrar eficacia, para ser mejores terapeutas o para compartir conocimiento. También podemos ayudar, y participar en investigaciones, y vencer la pereza de grabarnos, o de pasar cuestionarios. Es cuestión de ilusión y horas, porque aunque sabemos que la Terapia Gestalt funciona, también es importante hablar el mismo lenguaje y ocupar un sitio por derecho propio y en igualdad de condiciones con el resto de enfoques psicoterapéuticos (Ayala, 2022).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

American Psychological Association (2013). Recognition of psychotherapy effectiveness. Psychotherapy, 50 (1), 102-109. https://doi.org/10.1037/a0030276

Ayala-Romera, R. (2021). Revisión Sistemática sobre la eficacia de la Terapia Gestalt (Trabajo Fin de Master). Facultad de Psicología. Universidad de Málaga.

Ayala-Romera, R. (2022). Pseudociencia, Investigación en Psicoterapia y Terapia Gestalt. Revista de la AETG, 42, 101-107.

Ayala Romera, R. [Raquel]. (2023). Terapia Gestalt y Terapia de Aceptación y Compromiso [Comunicación]. Gestalt Conference, Madrid, España. https://gestaltconference2023.com/es/ponentes

Eysenck, H. J. (1952). The effects of psychotherapy: an evaluation. Journal of consulting psychology, 16(5), 319 - 324. https://psycnet.apa.org/record/1953-05921-001

Fernández - Rodríguez, J. C., Pérez, D., Navea, A., de Bonis, A., Nevado, M. y Fouce, G. (2020). Estado actual sobre la opinión e implantación en la sociedad de los psicólogos en España. Anales de Psicología/Annals Of Psychology, 36(1), 24 - 29. https://revistas.um.es/analesps/article/view/343131/273931

Frank, J. D. (1974). Therapeutic components of psychotherapy. A 25-years progress report of research. The Journal of Nervous and Mental Desease, 159, 325-342.

García Otero, E. (2023). Sobre las raíces teóricas de la Terapia Gestalt: Uniendo Teoría y Práctica [Comunicación]. Gestalt Conference, Madrid, España. https://gestaltconference2023.com/es/ponentes

Hayes, S. C. (2012). Humanistic Psychology and Contextual Behavioral Perspectives. Psychotherapy (Chicago, Ill), 49, 455-60. https://doi.org/10.1037/a0027396

Instituto de Salud Carlos III (2019). Resumen de las conclusiones del informe preliminar sobre las técnicas con pretendida finalidad sanitaria. Recuperado de:https://www.conprueba.es/sites/default/files/multimedia/documentos/informes-pseudoterapias_1_1.pdf

López-González, M. A., Ayala-Romera, R., Moreno-Pulido, A. y Fernández-Gómez, M. A. (2019). Revisión Sistemática sobre la efectividad de la Terapia Gestalt. AETG.

Martín, Á. (2011). Manual práctico de psicoterapia Gestalt (7a. ed.). Editorial Desclée de Brouwer.

Martorell, J. L. (2021). Nueva visita a Mordor: 40 años de polémicas en psicoterapia. Revista de Psicoterapia, 32(119), 15-33. https://doi.org/10.33898/rdp.v32i119.855

Roubal, J., Francesetti, G., Brownell, P., Melnick, J., y Zeleskov-Djoric, J. (2016). Introduction. Bridging practice and research in gestalt therapy. In J. Roubal (Ed.), Towards a research tradition in gestalt therapy (pp. 1–15). Cambridge Scholars Publishing.

Smith, M. L. y Glass, G. V. (1977). Meta-analysis of psychotherapy outcome studies. American Psychologist, 32(9), 752-760. https://doi.org/dmx4s8

Wampold, B.E. (2015). How important are the common factors in psychotherapy? An update. World Psychiatry, 14, 270-277. http://dx.doi.org/10.1002/wps.20238

Publicado por Sonia Ramírez-Reinoso y Lorena Rodríguez-Campo


REVISTA DE TERAPIA GESTALT - Nº 44
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